viernes, 4 de mayo de 2012

El Viento y el Enferno

"Un soplo comprimido de viento se coló por mi ventana, traía consigo el llanto del camino, el peregrinaje a flor de piel y quizás algo de destino. Yo batallando invisibles solo puede acertar a dejarlo seguir, sin mucha cortesía, solo una pizca de solidaridad. Él invisible, yo insensible, dos huéspedes perfectos de una noche de terror. Nos quedamos así por horas, evitándonos, pero sabiéndonos. Él tal vez limpiando su brújula, yo venciendo la fiebre. Por muchos días me olvidé de aquel momento, pasaron histerias, pasaron delirios y mi cuerpo fue reencarnando de su propia piel, me volví liquido, me volví un sueño, me quemé en la hoguera, me perdí en mi cuerpo. Hoy, sin más, escucho a mi amigo partir, afuera ya no es hostil, ya Austro lo ha perdonado y tal vez a mi también, por durante estos días, sin saber, haberlo cuidado." www.alicastro.com/diario

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