martes, 13 de noviembre de 2012
No es fácil
No es fácil despertar y saberse vivo, poner un pie en el suelo y arrancar a caminar un nuevo paso y una vida que es la suma de esos pasos.
No es fácil seguir una línea recta, lidiar con las pasiones, desatar y contener los deseos, untarse de soledad y bañarse de compañía.
No es fácil mirarse al espejo y ver historias, senderos y rutas transitadas.
No es fácil llenar las páginas en blanco de un destino a ciegas, de un palpitar constante, de un eterno anhelo y una inefable fuerza.
No es fácil meditar en el ruido de los días, en la bruma de los aconteceres, en la confusión de cada nuevo sol.
No es fácil recordar las tormentas sin hilos de agua en el rostro, ni redibujar las carcajadas como terapias improvisadas de un pasado mejor.
No es fácil combatir las perezas, evadir los facilísimos y confrontar los pragmatismos de esos que venden en la televisión.
No es fácil dialogar con los dioses, hacer la paz con los sabios, ni desahogarse en lo metafísico o en cualquier oferta de salvación.
No es fácil ganarse el derecho a respirar, ni tener la audacia de gritar, mucho menos malear el arte y hacer de un sentimiento un presente, un estandarte.
No es fácil cometer el acto de soñar y lanzarse en picada a la más grande profundidad.
No es fácil ser leído, ser cómplice u observador, ser incitador, hereje o en últimas comprendido por aquel que igualmente busque su propia razón.
No es fácil salirse con la suya o complacer la multitud, valer por fuera, lo que por dentro, o desnudar sin miedo el corazón.
No es fácil mantener el aliento en este transcurrir inevitable, en esta dualidad perfecta, en esta maratón.
No es fácil entender siquiera un poco de cada estrella, tras cada designio hecho magia en el amor.
No es fácil descubrir las verdades, incluso cuando frente a la cara no necesiten más explicación.
No es fácil leer el aire, masticar la noche, respirar insomnios y apostar a ser vencedor.
No es fácil creerse fuerte cuando por dentro te quiebra cada emoción.
No es fácil ganar las guerras a puño y letra, solo con la fe de un futuro mejor.
www.alicastro.com/diario
sábado, 3 de noviembre de 2012
Una tarde más
Se me esconden los papeles pues tal vez no me crean digno de mancharlos con recuerdos. De un hilo sin forma, en el horizonte blanco de un instante, se acarician las nacientes formas de un primitivo sentimiento: mi sentimiento.
Con la primera letra se desencadenan mil universos y la enfermedad lírica se agudiza en extremo, después de haberse incubado por meses en el silencio.
Un habitante de la morgue del sueño eterno: la vida. Un testigo de un lapso vital que hoy prescinde de sus dueños.
Cada paso es un abismo con nombre propio y del aire que se respira emanan pasados ya caducos que van construyendo los senderos.
Una vida es un paseo corto, una invitación pocas veces aceptada para abrir los ojos y volar despierto. Pero somos sonámbulos por las calles, los hospitales, los colegios. No nos conocemos y de memoria lo aprendemos.
Desafiar la gravedad horizontal que nos hace viejos, es incluso más difícil que la que nos pega al suelo. Somos racimos del mismo árbol, cargados de furia, amor, ingenuidad y madurados con miedo.
De vez en cuando una tarde lo detiene todo y el sentido posa desnudo dejándose plasmar en el lienzo. Cómo empezó todo esto? Alguien de verdad se ha detenido a entenderlo? Somos hijos del universo, huérfanos del tiempo, aves con rumbo programado, perdidas en su vuelo. Hay un gusto escondido en las derivas de cada silencio, hay preguntas sin respuesta, hay dolores sin consuelo.
La lista de verdades se multiplica escondida de todo aquel que la indaga en sus adentros, las sonrisas son corazas, el amor distrae el cuento. No hay papeles tan extensos, no hay palabras tan perfectas, no hay poetas tan sabios, ni locos tan cuerdos.
Es una obra de arte que nace del barro, es tan solo una tarde más, donde la calma nos hace más humanos e imperfectos.
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