miércoles, 7 de diciembre de 2016
Lo diferente
Hambrienta por naturaleza el alma transpira inconformidad, grita párrafos, escupe incongruencias. Es árido el terreno de los incomprendidos, es feroz la voz interna, es insuficiente la cordura del reino aprendido. Abundan voces que redefinen la ignorancia, se mastican ellas mismas. Los cimientos se tambalean y de la mano del pragmatismo se va entorpeciendo de ruido, aturde el sinsentido. Respira, escucha, piensa, sal de tu cuerpo, vuélvete aire y traspasa todo lo aparente, allí donde el miedo detiene la mente, abre la puerta de lo diferente.
miércoles, 20 de julio de 2016
miércoles, 22 de junio de 2016
Anidar
viernes, 22 de enero de 2016
Contar mariposas
De esos momentos donde pululan las palabras, donde el enemigo insomnio es tu mejor aliado, donde un limonchelo helado empapa lo boca y aletarga los ruidos. Es en esos momentos donde vale la pena empuñar la palabras y ponérselas en el pecho para cantar los sentimientos, exorcizar los demonios y limpiarse la cara de todo pecado.
No es fácil darse cuenta de cuando se camina la vida como caballo de batalla, mirando si mirar, sin periferia, ni arriba ni abajo, solo un camino estrecho que no se puede desviar. Hay caballos que cruzan continentes sin darse cuenta de un solo lugar, paraísos y desiertos que quedaron en el pasado sin poderlos disfrutar. El afán golpea en sus regazos, aguzando el galope, obligándolos a nunca parar. No quedan recuerdos dignos, solo neblina y un constante deseo que nada lo puede calmar.
Es hora de sentarse en el prado, de mirar hacia el cielo, de suspirar cada suspiro, sin temor, sien miedo a fallar. Es hora de levantar los brazos, de reír y si acaso llorar, con todo el tiempo del mundo, con los sueños vivos pero disfrutando el andar. Es hora de mojarse en la lluvia, de besar si se quiere besar, de mirar tu rostro en el lago, de dar vueltas de canela y querer volver a ser niños y no parar de jugar. Es momento de detenerse, darse cuenta que estamos vivos y contar mariposas mientras aprendemos a volar.
sábado, 9 de enero de 2016
Instinto e inteligencia
Es como el aire, es el día a día, es nuestra condición natural, somos un péndulo entre la razón y la emoción. Vivir es como dar pasos en la cuerda floja que se tambalea entre los dos extremos de nuestra propia naturaleza. Unos días somos animales de la vida, al otro somos un manojo de racionalidad. Un segundo gritamos, al próximo escuchamos. Naturales, inexplicables, así caminamos, carentes del absoluto pero caminamos, erguidos por la evolución, los milenios y los misterios, así caminamos.
Somos fruto de nuestro entorno, esponjas culturales, somos oídos que escuchan, ojos que ven, corazones que sienten. Somos voces que emanan sonidos, perpetuadores de tabúes, liberadores de paradigmas, peones de la ignorancia o soldados de la libertad. Somos lo que queramos ser en la medida de nuestro criterio, en la grandeza de nuestra alma, en la pasión de nuestra inquietud. Somos del tamaño de nuestras dudas, borregos, rebeldes, silentes o esclavos. Somos instinto e inteligencia, la demás aun no esta claro.