"En una esquina de un cuarto sin ventanas, sentado abrazando mis rodillas, desnudo en medio del fuego, así mismo me imagino en una pesadilla con fachada de sueño. Con la piel herida pero con una tenue sensación de regocijo, esa que proviene de meditar, aunque el dolor sea el plato fuerte del orgasmo onírico. Después, ya mas terrenal, me descubro inerte, como alargando las resoluciones inminentes, como tratando de transar lo inevitable con unas horas de ocio. Me veo indescriptible, con el peso del ayer en el cuello, con la inquietud del porvenir arrancándome la lengua. Me veo tambaleante incluso en la gloria, respirando el aire que aun debo y corriendo en suelos ajenos. Como es posible derramar tanta pasión en terrenos tan áridos? como es que se vive sin anteponer el alma? para aquellos que se aprendieron la receta; despierten! pues mañana estaremos todos bajo tierra y solo nuestros espíritus darán fe de que vivimos para inventar nuestras propias reglas!!"
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