"Aunque estoy despierto parece que sigo soñando, a través de la ventana se ve otro nuevo día, no quiero hacer mucho, tal vez por ahora solo respirar. Las palabras se aprietan en mi pecho y allá afuera siguen los susurros de algunas voces inquietas que hablan del mundo que no tienen y ven tras el cristal. Navego en los números, el deseo y la verdad, doy vueltas por los torrentes, por los estados y status anónimos, me baño de luces, sonidos y rutas. Es la forma de estar cerca pero desde la esquina del ausente, quiero levantar el teléfono y escuchar la voz tranquila de los años, la calma de un lugar seguro, la paz de un cariñoso te quiero. Suenan las letras en esta habitación, una a una desfilan y se hacen reales desde mi mente hasta mis dedos. Siempre el cansancio acumula un poco de satisfacción, siempre la guerra enaltece la tranquilidad, siempre entre el humo se escapan algunas sombras nuevas. Agitando mi cabeza con el frío caen ideas que tal vez son hijas de la locura o esclavas de la vida. Tan solo se es dueño de lo que se sabe y de lo que se olvida, así van dando vueltas los planetas y las flores nacen saturadas de color en su silenciosa belleza. Me gusta dejarme ir y en el borde detener mis pasos, me gusta amar y no pedir permiso para sentir, me gusta ser leído para bien o para mal, para ser entendido o si acaso dejar que parezca un bello sinsentido".
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