Los pasos recorridos

Es curioso mirar los pasos recorridos sin que no vibre el corazón. Todos los tropiezos se vuelven carcajadas plasmadas en el recuerdo. Es como ver una película en cámara lenta y tener la oportunidad de congelar los fotogramas uno a uno para milimétricamente entender lo que antes era un absoluto misterio. Es darse cuenta de varios porqués, descifrar ese adiós, ese jamás, ese quien sabe, ese tal vez. Es curioso ver el amor como una línea constante de cobardía, el dolor como un invitado inesperado, el arte como el más hermoso culpable, la soledad como una universidad de la vida. Cada capítulo vivido es un renglón tachado en la lista de la predestinación, o, por otro lado, un nacimiento arbitrario de coincidencias, sentimientos y personas que habitaron un instante común. Los recuerdos son música para los oídos del alma, son una inyección de alegría y nostalgia. Es entendernos hoy gracias al ayer, es justificarse o retractarse. Es curioso mirar las pasos recorridos y darse cuenta siempre en que lugar vamos del camino.