"Escribí en un papel versos anónimos, con pieles prestadas y romances extintos.
Escribí también poesías secretas con códigos ilegibles.
Bebí sorbos de pasión ahogados en la penumbra
y dediqué canciones ocultas a los cuerpos de la desidia.
Agoté en el humo, cada plegaria de supervivencia,
arriesgando los tuétanos, la verdad y la mentira,
de retazo en retazo fui tejiendo una salida.
Con el peso de las historias ajenas reviví mis poesías,
con la perfidia de los dolores propios reencarné en mi propia vida.
Anestesiado en la fabula de respirar, inerte en la incoherencia de despertar.
Cada día y cada noche este mundo vuelve a empezar."
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