El sabor de un beso que se materializa en tu boca, el aroma del café colándose lento, mi canción favorita invadiendo el espacio con un manto etéreo de dulzura. La luz del sol atravesando la ventana, levantando el alma. Las miradas que delatan el brillo del corazón, lo que se dice, lo que se calla. Una batalla de sonrisas que rebotan por la habitación, un aire de perfección. La piel cansada del cansancio, el reloj debiéndole horas a nuestras ganas, un carrusel de sueños desfilando como arco iris en nuestro firmamento.
Una sensación de plenitud por encima de las palabras, esa misteriosa forma que tiene el destino de regalarnos vida, haciendo de ti, de los dos, una historia y de este pequeño renglón que escribimos, un momento perfecto.